miércoles, 21 de diciembre de 2016

El cine como era entonces

-Necesito su nombre -le dije al historiador inglés en el foyer del teatro mientras sostenía mi bolígrafo sobre el diario del festival de cine.
-Sí, Patrick Stanbury -me contestó con un inconfundible acento británico. Miraba atentamente mis anotaciones mientras escribía su nombre en el papel, y luego me corrigió:
-Sin "d". Stanbury, no Standbury - me dijo amablemente.
Un par de horas antes, Patrick había subido al escenario del Teatro Colón de Mar del Plata y presentado la película muda que su productora, Photoplay Productions, restauró brillantemente: The Iron Horse (John Ford, 1924). La característica sobresaliente de esta función, en el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata,  fue que se proyectó con la interpretación de la música en vivo, a cargo de la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata. La tarea de componer la música para orquesta le fue encargada al compositor y director británico John Lanchbery, famoso por sus arreglos musicales para ballet. Disfrutar de una película muda con una orquesta en vivo es una experiencia fascinante. Esta película trata sobre la construcción del ferrocarril transcontinental en los Estados Unidos bajo la presidencia de Lincoln. El joven director contaba por ese entonces con treinta años y más de cuarenta películas dirigidas, en su mayoría westerns. La música orquestal le insufla emoción al relato, como en las escenas donde los trabajadores cantan mientras colocan las vías:
"Drill, ye terriers, drill.
Sure, it's work all day,
without sugar in yer tay
when ye work for the UP
ra - a - ail way
Drill, ye terriers, drill.
Drill, ye paddies, drill.
An' work and shweat."
Mientras los trabajadores ferroviarios fijan las vías a golpes de maza, resuenan sonidos metálicos al compás de la música. Cuando el tren avanza y se ve su campana mecerse, tintinean las campanas de la orquesta. Cuando el actor que personifica al presidente Lincoln aparece en pantalla, se escuchan variaciones de The Star-Spangled Banner. 
Mi abuela me contaba que, en el pueblo, un pianista tocaba en el cine mientras se proyectaban las películas mudas. Con Alba nos preguntamos si esa música sería compuesta especialmente para cada película. Por lo que pudimos averiguar, sólo en las salas más importantes se contaba con una orquesta, y ésta tocaba variaciones de distintas obras populares. A los cines más pequeños de los pueblos solían llegar cue sheets con partituras para piano u órgano, aunque lo más habitual fuera que el pianista improvisara partiendo de algunas melodías de moda.
Como la experiencia de vivir el cine mudo como era entonces nos fascinó, decidimos reincidir una semana después. Ahora la película sería "Show People" (King Vidor, 1928) . Patrick Stanbury la presentó como la primer experiencia de cine dentro del cine. La comedia nos resultó encantadora y la historia nos atrapó de principio a fin.
-La película me gustó tanto que me olvidé de la orquesta tocando en vivo -me dijo Alba al finalizar la proyección.
El mágico encanto del cine mudo y la brillante interpretación de la orquesta nos habían conquistado una vez más. Ahora tendremos que esperar un año. Hasta el próximo festival de cine.
Primeros fotogramas de la película muda El caballo de Hierro (The Iron Horse), dirigida por John Ford

Fachada del teatro Colón de Mar del Plata durante el 31º Festival Internacional de Cine

La Orquesta Sinfónica de Mar del Plata afinando sus instrumentos

El historiador y productor cinematográfico Patrick Standbury en el foyer del Teatro Colón de Mar del Plata

Proyección de una copia restaurada de la película muda El Caballo de Hierro con música en vivo a cargo de la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata

Proyector de 35 mm Victoria 9 en el Teatro Colón de Mar del Plata

lunes, 5 de diciembre de 2016

La calidez de los trashumantes

-¡Qué pena que llegaste tan tarde a tomar fotos, la función está por terminar! -me dijo Pía con una cálida sonrisa.
El pequeño circo "Estrellas de Colombia" había llegado a la ciudad por segunda vez en el año, la primera visita había sido en marzo, cuando todavía el calor del verano se negaba a retirarse. Le recordé a Pía que en aquella oportunidad había estado conversando con ellos una tarde y tomando algunas fotos, cuando aún la carpa no estaba terminada de armar.
-Sí, me acuerdo que ese día te quedaste conversando con Anthony -me dijo Pía haciendo memoria. Y luego agregó con un dejo de tristeza:
-Anthony ya no está con nosotros, se fue con otra compañía.
 Anthony nació en 1933 en el circo donde trabajaban sus padres, que en ese momento estaba brindando funciones en el Chaco. A sus ochenta y tres años continúa haciendo acrobacias en el trapecio y conserva un aspecto atlético y un porte elegante.
-Mirá mis videos en youtube, buscame como El Gran Anthony -me dijo con inocultable orgullo.
A diferencia de nuestro encuentro de marzo, ahora Pía lucía una enorme panza de embarazada. Acaricié su vientre y le pregunté si su hijo nacería aquí.
-Sí, mi hijo va a ser balcarceño -me contestó con alegría.
Pese a que el circo se llama "Estrellas de Colombia", Pía no conoce a ningún pariente que provenga de ese país. Hasta donde sabe, su familia vino de Hungría hace mucho tiempo atrás y hoy todos sus familiares son argentinos. Pía me invitó a pasar al interior de la carpa antes de que la función terminara. Me abrió las puertas de su circo, de su hogar trashumante, con una sencillez y humildad que me conmovieron.
-Esta es tu casa -me dijo con genuina generosidad, mientras descorría las lonas para que yo entrara. -Podés ir adelante y sacar todas las fotos que quieras.
Ella quedó en el umbral de la carpa y yo ingresé a ese territorio mágico, mientras dos payasos en la pista hacían reír a los niños. Mi mente viajó hasta los años de mi infancia, cuando mi abuela me llevaba a todos los circos que llegaban al pueblo.
Mientras fotografiaba a los artistas por detrás del escaso público para no importunar a nadie, sentí que una mano se posaba suavemente en mi hombro. Allí estaba Pía nuevamente con su sonrisa para decirme que fuera a tomar mis fotos al borde de la pista porque, insistió, esa era mi casa. Sentí su gesto amable como una tibia caricia en el alma.
Noche de función en Balcarce del circo Estrellas de Colombia

La carpa del circo Estrellas de Colombia antes de la primera función en Balcarce

La pequeña pista del circo Estrellas de Colombia

La entrada del circo Estrellas de Colombia

Payasos del circo Estrellas de Colombia

La función del circo Estrellas de colombnia

El sapo Pepe y pepa Pig en el circo Estrellas de Colombia