-Sí, Patrick Stanbury -me contestó con un inconfundible acento británico. Miraba atentamente mis anotaciones mientras escribía su nombre en el papel, y luego me corrigió:
-Sin "d". Stanbury, no Standbury - me dijo amablemente.
Un par de horas antes, Patrick había subido al escenario del Teatro Colón de Mar del Plata y presentado la película muda que su productora, Photoplay Productions, restauró brillantemente: The Iron Horse (John Ford, 1924). La característica sobresaliente de esta función, en el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, fue que se proyectó con la interpretación de la música en vivo, a cargo de la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata. La tarea de componer la música para orquesta le fue encargada al compositor y director británico John Lanchbery, famoso por sus arreglos musicales para ballet. Disfrutar de una película muda con una orquesta en vivo es una experiencia fascinante. Esta película trata sobre la construcción del ferrocarril transcontinental en los Estados Unidos bajo la presidencia de Lincoln. El joven director contaba por ese entonces con treinta años y más de cuarenta películas dirigidas, en su mayoría westerns. La música orquestal le insufla emoción al relato, como en las escenas donde los trabajadores cantan mientras colocan las vías:
Mientras los trabajadores ferroviarios fijan las vías a golpes de maza, resuenan sonidos metálicos al compás de la música. Cuando el tren avanza y se ve su campana mecerse, tintinean las campanas de la orquesta. Cuando el actor que personifica al presidente Lincoln aparece en pantalla, se escuchan variaciones de The Star-Spangled Banner."Drill, ye terriers, drill.Sure, it's work all day,without sugar in yer taywhen ye work for the UPra - a - ail wayDrill, ye terriers, drill.Drill, ye paddies, drill.An' work and shweat."
Mi abuela me contaba que, en el pueblo, un pianista tocaba en el cine mientras se proyectaban las películas mudas. Con Alba nos preguntamos si esa música sería compuesta especialmente para cada película. Por lo que pudimos averiguar, sólo en las salas más importantes se contaba con una orquesta, y ésta tocaba variaciones de distintas obras populares. A los cines más pequeños de los pueblos solían llegar cue sheets con partituras para piano u órgano, aunque lo más habitual fuera que el pianista improvisara partiendo de algunas melodías de moda.
Como la experiencia de vivir el cine mudo como era entonces nos fascinó, decidimos reincidir una semana después. Ahora la película sería "Show People" (King Vidor, 1928) . Patrick Stanbury la presentó como la primer experiencia de cine dentro del cine. La comedia nos resultó encantadora y la historia nos atrapó de principio a fin.
-La película me gustó tanto que me olvidé de la orquesta tocando en vivo -me dijo Alba al finalizar la proyección.
El mágico encanto del cine mudo y la brillante interpretación de la orquesta nos habían conquistado una vez más. Ahora tendremos que esperar un año. Hasta el próximo festival de cine.