miércoles, 3 de agosto de 2016

Otro encuentro de Guayaquil

El taxista que nos lleva del aeropuerto a nuestro hotel de Guayaquil, ya entrada la noche, avanza por avenidas bien iluminadas y bien señalizadas. Le comentamos que lo que vemos de la ciudad nos gusta, y entonces decide hacer de Cicerone y pasearnos por el centro. Pasamos frente a la catedral, que luce bellísima con su colorida iluminación. Pero el taxista nos aconseja que a estas horas no conviene caminar por allí. Repite un mantra que escucharemos reiteradamente: mucha inseguridad, mucho sicariato. Nos deja en la puerta de nuestro hotel y nos aconseja que caminemos por el malecón, que esa zona es segura y podremos elegir un lindo lugar para cenar.
El malecón avanza paralelo al río Guayas, su construcción es reciente y está muy concurrido. Caminamos unos doscientos metros y nos encontramos con "la rotonda", el monumento que recuerda la conferencia entre los libertadores San Martín y Bolívar. Las conversaciones entre ambos generales fueron secretas, y lo que se dijeron allí sigue siendo materia de discusión entre los historiadores. Prefiero recrear esas charlas recurriendo a la literatura, y para eso elijo la obra de teatro "El encuentro de Guayaquil", de Pacho O'Donnell. El autor es un ubicuo personaje que supo ser funcionario en los gobiernos de Alfonsín, Menem y Kirchner. Las leyes de la probabilidad señalan que en este preciso momento le debe estar pidiendo una secretaría de estado al presidente Macri.
BOLÍVAR.-Tengo entendido que el general Canterac sitia la capital con veinte mil realistas.
SAN MARTÍN.-Veinticinco mil.
BOLÍVAR.-Los tuyos no llegan a diez mil. Si cae Lima en manos de los godos se demorará un poco la independencia total.
SAN MARTÍN.-Tu egoísmo no será ajeno.
BOLÍVAR.-No es egoísmo...
SAN MARTÍN- (sugestivo).-Algunos sospechan que tú preferirías que yo fuese derrotado por los godos para quedarte como único jefe independentista.
Todos los paseantes se fotografían frente a "la rotonda". Los generales en el monumento se estrechan la mano, como si no existiera ninguna diferencia entre ellos.
SAN MARTÍN (suspira).-Y de los míos, como ya te conté, y de los chilenos que no me perdonan el fusilamiento de los hermanos Carrera del que no he sido culpable (pausa triste)
BOLÍVAR (cálido).-Estos días en Colombia... disculpa, en Guayaquil, te ayudarán a despejarte y a pensar mejor.
Caminamos un poco más y decidimos cenar en un local que promete aire acondicionado y una hermosa vista al río. Pero el frío en el interior es intenso y decidimos sentarnos en una mesa al aire libre. Hay ventiladores alrededor de las mesas, lo que nos permite imaginar el intenso calor que debe reinar durante el día.
BOLÍVAR.-Esta noche habrá un baile en tu honor.
SAN MARTÍN.-Estás apurado por despedirme, veo...
BOLÍVAR (pícaro).-He seleccionado personalmente a las mujeres más bellas. No te arrepentirás de haber venido a Colombia.
SAN MARTÍN.-Si no me equivoco estamos en Guayaquil, no en Colombia.
El camarero es un joven uruguayo. Alba le pregunta si de día hace mucho calor, y el muchacho resopla. Le cuenta que está todo el día con la ropa mojada de sudor y pegada al cuerpo y que suele preguntarse por qué no está en su Uruguay natal. Pero que, pese a todo, el lugar le gusta y se siente cómodo con su trabajo. Cenamos un saltado de carne y pollo con menestra y bebemos jugos naturales de mora y piña increíblemente dulces.
SAN MARTÍN (viste el uniforme).-Bueno, debo partir. Antes quiero pedirte algo.
BOLÍVAR.-Lo haré, te lo prometo. Vaya usted con Dios, señor Libertador de las Provincias Unidas, de Chile y del Perú, y espero que su Rosa sepa levantarle el ánimo.
SAN MARTÍN.-Le dejo la gloria, futuro libertador de toda la América, y pague el precio que haya que pagar.
Ha salido la luna y parece estar conferenciando con el río. Se impone no ser indiscretos y no interrumpir su diálogo. Nos vamos a dormir, mañana temprano volamos a las islas Galápagos.
Vista nocturna de Guayaquil, Ecuador

La luna sobre el río Guayas en Guayaquil, Ecuador

Monumento que recuerda el encuentro de San Martín y Bolívar en Guayaquil, Ecuador

Monumento que recuerda el encuentro de San Martín y Bolívar en Guayaquil, Ecuador


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