-¿Italianos? -pregunta el taxista que nos fue a recoger al aeropuerto de Quito.
-Argentinos, y es nuestra primera vez en Ecuador -respondo mientras estrecho su mano.
Su nombre es Nelson y nos cuenta que estuvo hace poco en Buenos Aires, que comió buena carne y bebió muy buen vino. Y que le resultó barato. A poco de salir del aeropuerto nos señala un pico nevado que está iluminado por los últimos rayos del sol, es el volcán Cotopaxi. Nos dice que es difícil verlo en invierno, que hemos sido muy afortunados. Mientras ingresamos al centro histórico de la ciudad, nos comenta que esa zona es segura, que hay mucha policía. Pero que no nos aventuremos caminando al "panecillo", el cerro coronado por la estatua de una virgen, porque la pasaremos mal. Nos muestra desde un puente la calle "la ronda", sembrada de farolas y colmada de restaurantes y puestos de artesanías. Nos dice que es segura, pero que tengamos precaución en las calles de entrada y salida. Y repite la remanida frase: mucha inseguridad, mucho sicariato. Nelson nos cuenta que en "la ronda" pondrán mañana enormes pantallas para ver el gran acontecimiento deportivo que mantiene en vilo a todo Ecuador: el partido final de la Copa Libertadores de América. Se entusiasma al decirnos que todo el país está orgulloso de un pequeño equipo del interior, Independiente del Valle, que mañana se enfrentará al Atlético Nacional de Medellín en la ansiada final. Nos habla de la rivalidad entre los equipos de la costa y de la sierra, y que éste es un equipo geográficamente neutral, por lo que logró unir a todo el país en su apoyo. Nos dice que los dirigentes del club han decidido donar la taquilla de todos los partidos disputados en esta copa para ayudar a los damnificados por el reciente terremoto. Que el gobierno no interviene, que va todo a un fideicomiso para ser entregado directamente a quienes quedaron desamparados. Que allí reside la energía espiritual que muestran los jugadores en cada partido, lo que los hace imbatibles. Confiado en la victoria, nos asegura que mañana habrá fiesta en "la ronda".
Nuestro hotel está a tres cuadras de la plaza mayor, donde se encuentran la catedral y la casa de gobierno. Aquí anochece muy temprano, la noche nos sorprende recorriendo con asombro las iglesias y edificios del barrio antiguo. Cenamos en un fast food y regresamos al hotel cuando ya no queda casi nadie en las calles.
A la mañana siguiente nos vamos a la "Ciudad Mitad del Mundo" en el metrobús. Se impone tomarnos la rigurosa foto turística pisando la línea del ecuador frente al monumento que recuerda la misión geodésica franco-española del siglo XVIII que ubicó el sitio por el cual pasa la línea equinoccial. Pero resulta que esa línea es falsa, que con la tecnología GPS se demostró que el ecuador pasa doscientos metros más allá, pero a nadie le importa ese detalle nimio. Entramos a una tienda de recuerdos y allí veo la portada del diario local: dice que esta noche se adelantará el carnaval por la segura victoria de Independiente del Valle. Cuando levanto la vista, Alba tenía puesto un abrigo artesanal que le quedaba hermoso. Buscó en mis ojos una mirada de asentimiento y lo compramos. Viajábamos con una sola maleta y tenía sobrepeso, habrá que comprar otra. El dueño de la tienda nos recomienda que regresemos a Quito, porque a las dos de la tarde comenzará a soplar un viento muy frío. Le hacemos caso y dedicamos la tarde en recorrer las iglesias de Santo Domingo y la de San Francisco, dos hitos imperdibles de la Quito histórica. Los 2600 metros de altura nos pasan factura y regresamos al hotel para descansar. Encendemos el televisor y vemos que está por dar comienzo el tan ansiado partido. La final se disputa en Colombia, la tierra del equipo rival. El estadio de Medellín luce repleto de simpatizantes del club local. Cuando salen los jugadores a la cancha, las tribunas estallan en cánticos y todo se ilumina con bengalas verdes. Promediando el primer tiempo, llega un gol del equipo colombiano, que sería el único del partido. Los ecuatorianos no logran revertir el resultado y Deportivo Nacional de Medellín se consagra Campeón de América. Quito queda sumida en un silencio de muerte, hoy no habrá carnaval adelantado. En Ecuador se deberá decir la frase de rigor que se estila cuando toca perder: esto es solo un juego.
Blog sobre viajes, literatura, fotografía, cocina y otras inquietudes que se despiertan en mis ámbitos.
sábado, 6 de agosto de 2016
Solo un juego
Etiquetas:
calle La Ronda,
Ciudad Mitad del Mundo,
Copa Libertadores de América,
Ecuador,
iglesia de San Francisco,
iglesia de Santo Domingo,
Independiente del Valle,
Quito,
volcán Cotopaxi
Soy bioquímico y docente, por lo que mis ámbitos son el laboratorio y el aula. Me intereso en la fotografía, viajes, cocina, historia... y sigue la lista ya que coincido con Terencio en que "nada de lo humano me es ajeno".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Tiene ganas de dejar un comentario? ¡Siéntase libre de hacerlo, su comentario es bienvenido!